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Violencia sexual: Matrimonios obligados a niñas y niños cristianos.

En las montañas del norte de Colombia, los niños indígenas perseguidos y sus familias son objeto de amenazas, torturas y violencia sexual por no renunciar a su fe, en la última semana, dos niños pertenecientes al programa de atención de OD han regresado a su comunidad para reencontrarse con su familia, allí también los esperan sus perseguidores para privarlos de la libertad, las esperanzas de que regresen son pocas.

Al interior de la mayoría de las comunidades indígenas en Colombia la práctica del cristianismo es castigada con tortura física y psicológica, restricciones para la práctica de la fe, privaciones de la libertad, expropiaciones y violencia sexual.  Tan solo entre 2016 y 2017 fueron registradas 1591 víctimas indígenas que son violentadas y hostigadas por motivo de su fe (Depto. Investigación OD Colombia). También, dentro del rango de violencia sexual, se obligan a hombres y mujeres indígenas a casarse con personas no cristianas, esta técnica tiene como objetivo el sofocar y acabar con la fe de niños y jóvenes que con el tiempo terminan aceptando las creencias impuestas de sus conyugues obligados.

A mediados de 2017 los jóvenes Soraya Moringa* (15) y Hernán Patiño* (14) pertenecientes al programa de atención a niños indígenas perseguidos de OD, fueron citados de forma obligatoria a una audiencia delante de sus autoridades indígenas tradicionales con el propósito de renunciar a su fe cristiana en público, para poder ser aceptados por la comunidad y así evitar amenazas y hostigamientos contra ellos y sus familias. Pese a las amenazas, los niños y sus padres tomaron la arriesgada decisión de obviar las imposiciones de los brujos tradicionales y así seguir adelante con la formación espiritual y académica que reciben en la casa- refugio que financia OD

Uno de los mayores problemas de la persecución indígena a los cristianos radica en el marco legal legítimo que respalda e incentiva el proceder violento y discriminatorio de las comunidades indígenas tradicionales, esto argumentado en el derecho a la autonomía indígena otorgado en la constitución de 1991 y extendido en la ley de 1995 y su convenio 169, que declara la autonomía e independencia total de los pueblos indígenas en la creación, gestión y manejo de sus políticas en salud, economía, derecho territorial y educación. Es por este motivo que las autoridades indígenas exigen la presencia de los niños indígenas cristianos al interior de la comunidad para formar a los niños en el misticismo, la brujería y el odio a los cristianos; así mismo, obligarlos a contraer matrimonios con no creyentes con el fin de dar cumplimiento a las tradiciones indígenas y así erradicar la fe cristiana de sus territorios.

Y es que los niños Soraya* y Hernán* hacen parte de la Sierra Nevada de Santa Marta, zona de alto riesgo para los cristianos. Allí al norte de Colombia en el año 2016 fueron privados de su libertad y torturados aproximadamente 20 indígenas cristianos, que por temporadas cortas, estuvieron retenidos, privados de la libertad y torturados emocional y físicamente. Esta zona es uno de los centros espirituales y políticos de la cultura tradicional Arhuaca, por tanto, los pobladores cristianos del lugar se ven obligados a vivir su fe en la mas absoluta clandestinidad.

A raíz del cese de actividades de fin de año de la casa-refugio financiada por OD, los niños y sus familias deben regresar a su comunidad, en donde los brujos tradicionales los esperan para dar comienzo a un eventual juicio que puede terminar en la privación de la libertad de los niños y la prohibición de regresar al Hogar-Refugio de OD. En una reciente reunión con las madres de los niños, ellas expresan en su lengua tradicional el “Ika” sus mas profundos temores “Nosotros no tenemos libertad, el enemigo nos ataca” Elvia María* Madre de Soraya*

Actualmente los niños y sus familias se encuentran en un largo regreso a casa, son días y noches caminando en medio de las densas y verdes montañas del norte de Colombia; antes de irse los niños abrazaron a sus compañeros con una profunda nostalgia, fruto de lo incierto de su futuro para el próximo año. Pese a esta incertidumbre, Javier Méndez* el misionero que asiste y sirve a la comunidad Arhuaca afirma con esperanza “No sabemos que vaya a pasar, y mucho menos teniendo en cuenta que allá no hay teléfonos, sin embargo este es el momento en que los niños van a poder vivir y conocer a ese Dios que le oran en la noches y que le cantan en las mañanas, van a poder conocer Su poder y entender a que fueron llamados, esperemos que su fe resista y se fortalezca

 

Petición de oración

Soraya (15) y Hernán (14) son dos niños indígenas cristianos que hacen parte de una de las comunidades indígenas más perseguidas de Colombia, y pese a que actualmente ellos hacen parte del programa de refugio y apoyo de OD en Colombia, están en alto riesgo de ser privados de la libertad y obligados por sus autoridades indígenas a casarse con personas no cristianas para de esta forma obligarlos a renunciar a su fe. Así como ellos hay muchos niños más que al interior de la comunidad indígena sueñan con estudiar y ser libres para creer en Cristo. Ayúdanos a orar para que la fe de Soraya y Hernán sea fortalecida en este tiempo de prueba y el nombre de Cristo sea glorificado en cada proceso.